jueves, 26 de septiembre de 2019

Cooperative learning in Svendborg Day 5 Cooperative learning in Svendborg Day 5 Último día en Svendborg. Últimas clases, aunque ya todo es más familiar y con menos "aprendizaje" formal. Hoy las profesoras que han organizado mi estancia querían sobre todo una "difusión" interna de todo lo que hemos hecho. Todos los miércoles y viernes dedican los primeros 15 minutos de clase a una "asamblea" de centro. En ella hay 3 partes: (1) Anuncios generales de la Dirección (2) Mi intervención (3) Ensayo general de la canción con la que recibirán al antiguo director -que se ha jubilado recientemente y que viene a despedirse. (2) Querían que explicase al resto de profesores y alumnos algo sobre España y nosotros. Hice una presentación muy visual, repleta de tópicos la verdad, pero es por eso por lo que nos conocen. Les gustó bastante. Pedí permiso para decir unas palabras y di las gracias a todos aquellos que habían colaborado con el proyecto. Es de destacar que lo han hecho por “amistad” porque no han tenido ningún reconocimiento externo. Había profesores que no me habían visto nunca (de primaria o infantil). A lo largo de la mañana a medida que me los iba cruzando en algún descanso se acercaban para darme las gracias por mis palabras o decirme lo que conocían de España (muchos han venido a Málaga o tienen familiares allí, por ejemplo), me piden perdón por no haber podido hablar antes conmigo porque estaban muy liados con su trabajo, etc. Los alumnos también. Son todos increíblemente agradables y simpáticos una vez que ya me “conocen”. Después tengo varias clases y, en el "recreo/descanso" de la comida tenemos un intercambio de experiencias y sensaciones de todos los participantes -profesorado y dirección. El objetivo es doble: ver lo que he aprendido (que se lo haga entender a ellos porque, lógicamente, no son conscientes de las diferencias con nuestro país y de lo que pueden enseñarnos) y también ver cómo se han sentido ellos, si les ha servido de algo. Obviamente intento explicarles la absolutamente diferente concepción de la educación y del sistema educativo que hay (desde los horarios... hasta la evaluación) y el impacto que ha tenido en mí. Escuchan con atención y "sorprendidos". Están bastante satisfechos con su sistema educativo y son conscientes de que funciona bastante bien. De hecho, reconocen que su trabajo es muy vocacional y que les importa más su crecimiento como personas que el conjunto de conocimientos que adquieren. De hecho, el examen final para conseguir el título es evidentemente práctico. Después la sorprendida soy yo: el hecho de tener que explicarme por qué hacen las cosas de determinada forma les ha ayudado a reflexionar sobre su metodología y los objetivos que pretendían; como a todos, llegaba un momento en que hacían las actividades un poco de forma "automática"; el tener que explicármelo les ha "forzado" a esa revisión y replanteamiento. Tras la experiencia, se reafirman en fomentar la visión internacional de la educación y todos se muestran muy abiertos con la posibilidad de hacer proyectos, visitar nuestro país... La parte final es la de las despedidas. A pesar de todos los tópicos, nosotros somos infinitamente más fríos que ellos. Son hasta físicamente más "cálidos" en su trato. Una vez se rompe la barrera inicial de timidez, se abren y se intentan adaptar a ti. Siempre desde el respeto y el afecto. En fin, me despido de las clases, me despido de los niños, los profesores... y al salir con el coche pasamos por delante del aula en la que he estado más tiempo y puedo ver que están todos los alumnos haciendo pasillo en la carretera con la profesora que me ha acogido y despidiéndose con banderitas de su país y saludando. Aparte de lo emotivo del momento... Lo cierto es que hasta con este detalle les están educando a ser amables, considerados, cariñosos, a cuidar a las personas y las relaciones sociales, a estar orgullosos de sí mismos y de su país... Una lección hasta el final. Una de las profesoras que lo ha coordinado todo me lleva a la estación de tren (ellas me gestionaron la mejor forma de ir y venir a Copenhague), me da obsequios para el instituto y espera hasta que mi tren se va (aunque su horario había acabado ya). En fin, una experiencia impactante que ha cambiado mi visión de la educación y de cómo hacer las cosas y de la que creo todos deberíamos aprender. Por supuesto que me he quedado con ganas de más. Para ellos solo puedo decir una cosa: GRACIAS!!

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